Con Sebastià Farré, pintor, escultor y fotógrafo de Guissona pudimos realizar este curso la semana anterior a la clausura forzosa por la pandemia que ahora nos obliga muchas horas confinados en casa. Así que tenemos más tiempo para escribir y actualizar el blog de nuestra página web.
Queremos aprovechar este artículo para contaros cómo fue el curso con Sebastià, para que te hagas una idea de cómo se puede desarrollar, por si nunca te quieres apuntar. El curso prevé unas 12 horas de trabajo, partidas en 3 tardes de 4 horas.
Sebastià tenía las ideas claras, siendo pintor y ya habiendo trabajado alguna vez con la serigrafía, ya venía con los deberes preparados. Su idea era reproducir una obra original, y hacer una pequeña tirada de la misma serigrafía. Después de haber analizado la obra, decidimos trabajar en tres colores, para ser lo más fiel posible al original.
Primera sesión
El primer día siempre lo dedicamos a un poco de teoría para repasar los conceptos básicos de la técnica y mostrar los espacios de trabajo de nuestro taller y a cómo utilizarlos. También preparamos el material, limpiamos las pantallas si es necesario para tenerlas a punto para insolar-las y dibujamos los fotolitos manualmente o digitalmente. En este caso los preparamos con illustrator, sencillamente vectorizando la obra original a partir de una fotografía con alta resolución. En la siguiente imagen se puede ver cómo quedó la obra vectorizada y los tres fotolitos negros, que nos sirvieron para insolar las tres pantallas de serigrafía.
Segunda sesión
El segundo día lo dedicamos a insolar pantallas, preparar las tintas y estampar. Comenzamos a estirar la emulsión sobre las pantallas que limpiamos el día antes. Esta quizá es la parte más delicada de la serigrafía, si nunca se ha probado. Hay que poner decisión, destreza y la justa dosis de presión para que la tinta de la emulsión fotosensible, se disponga homogéneamente sobre el tejido de nuestra pantalla de serigrafía.
Hay que esperar unos minutos para dejar secar la emulsión, así que de mientras preparamos los colores con tintas específicas para serigrafía y para estampar sobre papel. Finalmente, después de todo el trabajo preparatorio y muy esencial para la serigrafía, empezamos a estampar. Aquella tarde pudimos estampar el primer color de la serigrafía, un blanco roto tipo crema y el gris.
Tercera sesión
El último día de taller avanzamos tan deprisa que terminamos la obra con el tercer color que nos quedaba para estampar, el negro. Dependiendo de la obra, el negro es el color que confiere el efecto de profundidad y sombreado a la serigrafía, aunque esta sea una técnica de estampación en tintas planas. Así que finalmente realizamos unas 20 serigrafías de tirada limitada de esta curiosa obra de Sebastià Farré, y aprovechamos las últimas horas de curso para realizar también otra serigrafía a un color, trabajando el fotolito de manera manual. Eesta vez estampamos sobre ropa, una camiseta verde y una bolsa de color mostaza con tinta textil blanca. En tres tardes de curso, trabajamos con las dos técnicas que utilizamos principalmente, la serigrafía sobre papel y la serigrafía textil.
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